Tuesday, February 19, 2013

¡El aprismo es aprismo, no alanismo!

Señal de Alerta

por Herbert Mujica Rojas

20-1-2001/Liberación*

 

Hay razones potentes y sobradas para distinguir la doctrina creada por Haya de la Torre, el aprismo, de la degeneración de logreros que una vez instalados en la maquinaria estatal, trocaron en expoliadores y comisionistas de todos los negociados posibles. El mandato se convirtió en la maldición que previó Víctor Raúl en su carta desde San Lorenzo el 3 de octubre de 1923 cuando admonizaba contra los que hacen de la política vil negociado culpable. Y así ha sido y hay responsables que obedecen no a los llamados ideológicos y sociales sobre los cuales se construyó un partido que antaño fuera señuelo, jaculatoria y trompeta de lucha contra los poderosos y que en los días actuales pelea contra una agonía, no sabemos si unamuniana, o terminal. El alanismo, la exaltación o endiosamiento en singular de un personaje, el Midas al revés de que habla César Hildebrandt, es una tara envilecida y oliente a los peores vicios de la tragedia del pisco y la butifarra. Sus protagonistas, mercenarios a quienes se paga los servicios para mantener la impostura y la farsa. En aquel sainete brilla el dinero que compra conciencias y abate pobrezas, pero ausente está el proyecto histórico, la lucha por la soberanía geopolítica que no tiene sustento sin soberanía popular ni identidad nacional con ideas claras, revolucionarias y democráticas. Lo escrito en Liberación antes que envejecer retrata pioneramente lo que la ciudadanía critica: la corrupción. Nadie puede confundir alanismo, episódica trapisonda capaz de mangonear cualquier congreso o cita partidaria con el antiguo edificio que Haya construyó. Leamos. (1-2-2010)

 

¡El aprismo es aprismo, no alanismo!

http://www.voltairenet.org/article163796.html

 

20-1-2001/Liberación*

 

Uno de los contrabandos más eximios, de esos que parecen verdad pero son más bien aparentes que reales, ha sido la especie que pretende mimetizar al aprismo con la carrera particular, personal, absolutamente angurrienta de mando del señor Alan García Pérez, ex presidente del Perú, durante el bochornoso, por aventurero, quinquenio de ejercicio gubernativo entre 1985-1990. Así, la noche de 1992, cuando la fuga del Mozallón por los techos, tras una incómoda estancia en un barril sin agua, hacia Colombia, se estudió bien el destino. Entre 1949-1954, Haya de la Torre fue inquilino forzado de la Embajada de Colombia porque la dictadura odriísta lo mantuvo virtualmente preso. Pero Víctor Raúl fue creador de una doctrina con atisbos audaces de propuesta latinoamericana. Al conjuro de su voz y de su formidable presencia moral, las multitudes encaminaban sus protestas, entonaban sus cantos, marchaban a la revuelta, morían frente a los paredones o se pudrían en las ergástulas. Eran los tiempos en que el destino de una buena parte de peruanos era: encierro, destierro, entierro.

 

Todas las veces que se pretendió encontrar máculas en la vida de Haya, el tema agonizó por su propia debilidad. Víctor Raúl fue un hombre honesto, limpio. Hizo presidentes y nunca llegó a la presidencia. Consagró parlamentarios y la única vez que llegó a ocupar una curul fue cuando el octogenario arribó a la Presidencia de la Asamblea Constituyente entre 1978-79 y cobró como sueldo apenas S/. 1.00. Murió en casa fraterna pero prestada. Su riqueza la constituían libros con dedicatorias de personalidades mundiales que brindaron su amistad al líder aprista, entre éstos: Bertrand Russell, Albert Einstein, Alberto Moravia, Romain Rolland, León Trotski, André Breton, Ho Chi Min, Ben Gurion, George Lansbury, Walt Whitman, Alfredo Palacios, Lázaro Cárdenas, José Batlle, Arturo Alessandri, Pedro Aguirre Cerda, Salvador Allende, Germán Arciniegas y decenas sino cientos más; sus recuerdos de batallas y, obviamente, su legado más extraordinario: un partido con fe y disciplina dispuesto a la lucha revolucionaria por el poder. Su pecado más conocido fue creer en el pueblo, liderarlo y como el Moisés del Monte Sión atisbar la tierra prometida y no llegar porque un 2 de agosto de 1979 se quedó en el camino para entrar a los fastos de las glorias democráticas.

 

A la inversa, al ex presidente García se le critica por su presumible falta de honestidad. He sostenido que nunca se llegará a probar nada porque para eso han estado y están los famosos integrantes de la lacra abogadil, esa que limpia fachadas y remoza currículos. Pero ¿hay acaso algún problema ideológico en este aspecto? ¡No! Existe, la presunción de faltas cometidas, yerros contra la honradez y repartijas que favorecieron a cenáculos privilegiados y sumamente oligárquicos. El partido que se había pasado cinco décadas luchando contra los grupos minúsculos de poder, una vez aupado en el mismo, saltó la barrera de la vergüenza para trabajar por los menos y no para los más, como reza la antidemocracia. Entonces el Perú se convirtió en el paraíso de la inflación, de las importaciones hechizas, de las coimas, de los arreglos entre compadres, en la feria de disparates al por mayor y ¿acaso no era AGP el gran promotor, por defecto o por cociente, de estas maniobras vergonzosas y vergonzantes? ¿No fue el Perú entre 1985-1990 un gran desmadre y despelote por culpa de su desgobierno?

 

Sostengo que aprismo es aprismo y alanismo es cualquier otra cosa. Básicamente, creo que el proyecto de AGP es válido para su instinto de animal político. Sin poder mandar o tener a quienes someter, AGP, es como pez fuera del agua. Su elemento es la política. El poder por el poder. En su encuadre organizativo no interesan para nada la estructura del Estado, ni el juego de los poderes. Mucho menos quiénes los protagonistas ocasionales de los enjuagues. Por ejemplo ¿ha cambiado AGP de fichas para su manejo interno? ¿No siguen siendo Jorge del Castillo, Mercedes Cabanillas y algún otro, los que hablan por él, le defienden y ahora anuncian su retorno? ¿En qué ha cambiado? Yo diría que en nada.

 

Tampoco se puede esperar mucho de los antecitados, ellos se conforman con un puesto muy bien rentado en el Congreso. El pueblo es sólo un buen pretexto para los discursos. Lo que sí interesa y bien vale no una sino cientos de misas, es la sinecura de un puesto parlamentario, el sueldo de asesor en cualquier dependencia pública, la buena pro para obras que pagan las entidades públicas. ¿Cambio, revolución, ideales? ¡Pamplinas! ¡Eso está bien a la hora de la candidatura! ¡Una vez en el puesto, lo negro troca en blanco y viceversa!

 

El aprismo de Haya de la Torre insurgió a sangre y fuego en tiempos en que una oligarquía cerril usó por décadas a los militares como perros guardianes de su poder omnímodo. Cuestionó el status quo y procuró el poder, a través de elecciones y también por la vía revolucionaria de la revuelta y la conspiración. Querían el cambio, aspiraban a un país mejor y con menos desigualdad. El norte de sus ambiciones pasaba por la democrática convicción de saberse limpios para irradiar una atmósfera diáfana desde los pagos del poder. Fue la epopeya de un pueblo y de un partido. Miles murieron y dejaron parte de su vida en la lucha política y ésta encarnó en una religión que hasta hoy canta una Marsellesa emocionada y hasta con lágrimas. Y cuando se creyó llegada la hora de la gran transformación en 1985, advino un mozallón dotado de una innegable facilidad de palabra pero que hizo todo lo posible para destruir la forja que cientos y miles de héroes habían apisonado con sus vidas.

 

Afirmo que AGP es mejor candidato que gran parte de sus contendores en la lid presente. Porque los demás son muy malos y pusilánimes. No ha empezado la campaña y ya demuestran su terror a los discursos invariables de quien no ha aprendido nada. Cuando Jorge del Castillo sostiene que AGP ha asimilado de su experiencia en el “exilio”, uno tiene que reírse a mandíbula batiente. ¿Es afuera o aquí donde queman las papas? La mediocridad inefable de Castillo sólo es superada por su propia estupidez de abogado complaciente pero tenaz en su curul de parlamentario.

 

Concedamos con generosidad otra exégesis. Que AGP haya mensurado bien sus años de ausencia y entonces eso lo impulse a reorganizar al partido para las contiendas próximas. Eso significaría que el Apra entrara en una profunda catarsis y autocrítica y que bote a patadas a gran parte de su dirigencia coludida con la irresponsable gestión entre 1985-90.

 

¿Pero, no sería AGP el primero en pedir perdón por la inmensa culpa que a él le toca admitir? Si lo hace, enhorabuena. Y entonces, se impondría el deber de la gran convocatoria a todos los que en algún momento fueron parte de la militancia y hacer que la fraternidad, esa que instituyó con gran habilidad Haya, fuera el instrumento reunificador de una gran corriente nacional, popular, revolucionaria, en síntesis, moral. ¿No sería de este modo, una chance para que el Perú retornara al sistema de los partidos? ¿Y entre ellos uno, con bases nacionales, líderes limpios e inmaculados, dispuestos a luchar contra el status quo?

 

El proyecto personal de AGP sólo lo sabe él mismo. Quienes hablan por él lo hacen digitados como muñecos a larga distancia. Ninguno puede parársele al frente porque carecen de madera, son sólo espantajos que pueden lograr la supervivencia política al lado de AGP, contra él son menos que ceros. Sin embargo, el aprismo como doctrina, discutible y hasta como forma de comportamiento cívico, es el aprismo de los mártires de Trujillo de 1932, de los insurrectos de 1948, de los hombres y mujeres anónimos que vivaron a su movimiento y a su jefe invicto.

 

Mi homenaje a los viejos y a los nuevos apristas. A ellos el reconocimiento porque creen en algo. En un país en que ya no se puede creer en nada, merced a la rufianesca raíz de sus gobernantes, emociona profundamente ver cómo ellos pelean por lo que creen una chance y un derrotero. Ojalá que sepan a quién confían sus destinos y que el período 1985-90, no repita su paso de Atila Negro por el Perú, porque entonces, no habrá poder humano y menos divino que recomponga a la esperanza que fuera la ilustre creación de Haya de la Torre.

 

Amén.

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*Liberación, dirigido entonces por César Hildebrandt.

Fiscal Peláez: ¿qué espera para levantar secreto bancario de Alan?

Fiscal Peláez: ¿qué espera para levantar secreto bancario de Alan?

por Guillermo Olivera Díaz; godgod_1@hotmail.com

http://www.voltairenet.org/article177525.html?var_mode=recalcul

 

17-2-2013

 

Habiéndose  no acordado el pedido de levantamiento del secreto bancario y reserva tributaria, de Alan García, en el seno de la manumitida Megacomisión, presidida por Sergio Tejada, por votos en contra de 2 teledirigidos congresistas fujimoristas, Carlos Tubino y Pedro Spadaro y del  ppkausista Enrique Wong, trío demostrativo de la reinante corrupción sistémica, debe hacerse al solo pedido y decisión del Fiscal de la Nación, José Antonio Peláez Bardales, en el curso de la investigación preliminar ya abierta por enriquecimiento ilícito.

 

El Artículo 2°, inciso 5, de la Constitución Política, sobre dicho levantamiento, los pone en plano de igualdad a un juez penal cualquiera, al Fiscal de la Nación (sin mediación de juez alguno) y a una comisión investigadora del Congreso. Estos órganos tienen iguales facultades funcionales para decidirlo, sin anuencia de poderes extraños a su fuero.

 

El juez penal competente resuelve el levantamiento, que también puede denegarlo, a pedido escrito y fundamentado del fiscal provincial penal. Empero, el solo Fiscal de la Nación, por su propio rango, dentro de la investigación preliminar que haya abierto, lo decide por sí mismo y lo canaliza vía la Superintendencia de Banca y Seguros a todas las entidades bancarias y demás financieras; no necesita pedirlo a través del juez.

 

Cada uno de los citados  órganos públicos puede decidir y pedir ese levantamiento, porque la Constitución les faculta, con la única condición “que se refiera al caso investigado” y a los delitos que enumera la Ley N° 27379, promulgada el 20-12-2000 por el entonces presidente constitucional de la República, Valentín Paniagua Corazao. Están entre tantos graves ilícitos el enriquecimiento y los variados casos de corrupción.

 

¿Lo hará el actual Fiscal de la Nación, Peláez Bardales, tan cercano y familiar a los predios apristas que sojuzga y encaleta el investigado Alan García? ¿Tomará la necesaria decisión que la Constitución  le faculta adoptarla por sí solo? O, algo más remoto: ¿autorizará el propio García y sus cercanos sabandijas el levantamiento de su secreto bancario y reserva tributaria, finamente alfombrados y protegidos, en pos de toda suerte de alimañas financieras?

 

El secreto bancario es un derecho que goza de especial protección jurídica. Por Ley N° 26702, Artículo 140°, es prohibido a las empresas del sistema financiero, así como a sus directores y trabajadores, suministrar cualquier información sobre las operaciones pasivas con sus clientes, a menos que medie autorización escrita de éstos o se trate de los supuestos consignados en los artículos 142 y 143”. Data esta norma del 6-12-1996.

Precisamente, el numeral 143 de esta Ley 26702 regula los casos de levantamiento del secreto bancario. Establece esta disposición: El secreto bancario no rige cuando la información sea requerida por:

 

1. Los jueces y tribunales en el ejercicio regular de sus funciones y con específica referencia a un proceso determinado, en el que sea parte el cliente de la empresa a quien se contrae la solicitud.

2. El Fiscal de la Nación, en los casos de presunción de enriquecimiento ilícito de funcionarios y servidores públicos o de quienes administren o hayan administrado recursos del Estado o de organismos a los que éste otorga soporte económico.

3. El Fiscal de la Nación o el gobierno de un país con el que se tenga celebrado convenio para combatir, reprimir y sancionar el tráfico ilícito de drogas o el terrorismo, o en general, tratándose de movimientos sospechosos de lavado de dinero o de activos, con referencia a transacciones financieras y operaciones bancarias ejecutadas por personas presuntamente implicadas en esas actividades delictivas o que se encuentren sometidas a investigación bajo sospecha de alcanzarles responsabilidad en ellas.

 

4. El Presidente de una Comisión Investigadora del Poder Legislativo, con acuerdo de la Comisión de que se trate y en relación con hechos que comprometan el interés público.

 

5. El Superintendente, en el ejercicio de sus funciones de supervisión.

En los casos de los numerales 2, 3 y 4, el pedido de información se canaliza a través de la Superintendencia”.

 

La citada Ley N° 27379,  en su Artículo 1°, inciso 2, extiende la posibilidad del levantamiento del secreto bancario a todos los “delitos contra la Administración Pública, previstos en el Capítulo II del Título XVIII del Libro Segundo del Código Penal”; por lo tanto, puede dictarse en las investigaciones preliminares por concusión, colusión, patrocinio ilegal, peculado, malversación, cohecho pasivo propio, cohecho pasivo impropio, negociación incompatible, tráfico de influencias, enriquecimiento ilícito, entre otros.

 

Ya existe investigación preliminar, abierta con singular premura en sede del Fiscal de la Nación,  contra Alan García. La Megacomisión parlamentaria ha fracasado en su pálido intento de apostillar el blindaje alanista que consumó el trío Tubino-Spadaro-Wong, dos fujimoristas y un ppkausista, entonces, la salud moral del país, queda en manos del dudoso mandamás del ministerio público. ¿Estará a la altura de las circunstancias, decidiendo este levantamiento? Aspetto e aspettiamo.