Wednesday, March 16, 2011

Perú: Nuevo Maquillaje Para Una Vieja Impostura

Perú: Nuevo Maquillaje Para Una Vieja Impostura

por José Suárez Danós; suariquez@hotmail.com

12-3-2011

 
El día 10 de Abril del 2011 es la fecha fijada por la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) del Perú, para convocar a la ciudadanía a un nuevo proceso en el que se determinen las autoridades presidenciales y congresales que regirán el destino del país, para el período de los cinco años venideros (2011-2016).

 

Es el quinto evento de esta naturaleza que se registra en los últimos 19 años de vida republicana del país (1992-2011), etapa ésta caracterizada por el ejercicio político de una democracia figurativa desarrollada por los gobiernos que se sucedieron, signados todos ellos por su carencia de arraigo popular, por sus propias prácticas anti-democráticas y por ser poseedores de unas morales pútridas.

 

Entender ese tipo de democracia requiere conocer en primer lugar, que el factor común a los mandatos presidenciales de esta etapa –Alberto Fujimori, Valentín Paniagua, Alejandro Toledo y Alan García- ha sido sin excepción alguna, el de subordinación a los intereses del gobierno de los EE.UU. de Norteamérica y a los del neoliberalismo económico, por encima de los derechos y soberanía que asisten a la nación peruana.

 

Ello ha establecido en el país, un status político de neo-colonialismo imperial que desde 1821 y posteriormente de la independencia del reino español se consideraba como de no retorno para el Perú, y que es justo el sistema, al que se pretende maquillar en las urnas.

Pero si hay algún factor que se observa como consuetudinario asistente a estas cosméticas elecciones -direccionadas externamente por la "democracia imperial" (EE.UU.)-, es la desembozada manipulación de los medios de prensa nacionales adictos a la dependencia foránea -casi todos- que intenta orientar a la población electoral a que voluntariamente menosprecie el valor de la historia política del país en su decisión personal, ó al menos, para que no vire el rostro hacia el pasado reciente del Perú con cuyo conocimiento, remembranza ó aporte se le facilitaría la opción en el sentido correcto.

 

Ello debido a la trascendencia que cobraría el hecho, que una breve mirada del electorado hacia ese pasado no tan lejano, le fuere suficiente para darse cuenta que la cita electoral a la que se le convoca en el presente, inclusive sigue tan indesligablemente unida -cual parto siamés- a la misma vieja impostura imperial diseñada en 1992.

 

Le permitiría percatarse también de los permanentes ardides y emboscadas a las que ha sido sometido por parte del neoliberalismo económico y sus adláteres criollos, en el afán de éstos por mantenerse aferrados al poder político y económico del Perú.

 

El período de neo-colonialismo imperial al que inicialmente nos referimos –y que sólo voceros de los EE.UU. y élites económicas llaman 'de democracia plena'- tuvo su inicio en el "auto-golpe de Estado" llevado a cabo en el Perú el 05 de Abril de 1992, mediante la injerencia extranjera y complot del gobierno de los EE.UU. (George Bush padre, 1989-1993) con el primer gobierno del mandatario peruano Alberto Fujimori (1990-2000), asistidos por la coordinación del asesor presidencial del dictador y agente peruano de la CIA, Vladimiro Montesinos - nexo entre ambos-.

 

Para la consolidación de la trama contra la verdadera democracia del Perú, contaron con la asequible y prolija contribución político-diplomática de la Secretaría General de la OEA -Joao Baena Soares (1984-1994)-, la cual finalmente se prestaría a legitimar el espurio mandato a través de acciones de convalidación.

 

Fue el "momentum" culminante de la conspiración de todos esos personajes en la misma pretensión, pero con distintos objetivos, fines y roles, que sin embargo confluirían en el idéntico logro de hacerse con la soberanía del Perú.

 

Para el imperio norteamericano el objetivo principal subyacía, en la exigencia de contar con el territorio del Perú para alcanzar el dominio de un bloque geográfico suramericano –junto con los de Chile y Colombia ya en su poder-, a fin de crear el simiente del acariciado proyecto hegemónico neoliberal -y geopolítico- del "Area de Libre Comercio de las Américas" ("ALCA") que originalmente concebía a toda Latinoamérica –"quedó en alquita", Hugo Chávez, dixit, Argentina, 2005-.

 

En concepto de la Organización de Estados Americanos (OEA) –"ministerio de Colonias", Fidel Castro;"inservible institución", Mario Vargas Llosa; dixit-, se trataba de coadyuvar eficazmente al cumplimiento de su misión principal: apoyar al imperio norteamericano –su mentor y financista- en la sujeción política de los países de América Latina, a fin que la potencia alcance sus intereses en la región.

 

Y en pensamiento de los peruanos traidores a su país -Fujimori y Montesinos- los objetivos eran mucho más pragmáticos y tangibles -quizá usuales- acordemente con la ideología neoliberal: hacerse del poder gubernamental en el Perú durante 25 años -de acuerdo al plan llamado "Libro Verde"-, con el propósito de acumular la mayor fortuna personal que pudieren obtener objeto de la sustracción del erario nacional y de la captación de sobornos del nuevo orden económico mundial (1989), en la necesidad de éste, por contar con un poder político bisagra  que le facilite su apoderamiento del Perú.

Desde aquella fecha, todo no ha sido otra cosa sino, la continuación de esa impostura  apelando a sucesivas mascaradas con el disfraz de democracia política electoral.

 

En el desarrollo del embuste han transitado por el Palacio de Gobierno del Perú cuatro presidentes y cinco gobiernos, todos ellos previa aprobación y con el auspicio del gobierno de los EE.UU., presentando similar, peor, ó mimetizada catadura, que la del régimen inicial de Fujimori, y cuyas tareas únicamente han sido, continuar y perfeccionar la labor de éste –entregar el país a manos del nuevo orden económico-

Una de las más notorias características de estas seudo-democracias en el Perú, ha sido el reemplazo del poder político por un omnímodo "poder económico" foráneo, que nombra ministros y rige los destinos nacionales.

 

Esto coadyuvado, por la permanente intoxicación informativa gubernamental hacia la ciudadanía con las falacias de un constante avance porcentual de crecimiento macro-económico -atribuido al país- y de fabulosos precios alcanzados por sus recursos naturales en las Bolsas de Valores internacionales, a cuyas ganancias lamentablemente la población nacional nunca ha tenido acceso en esta etapa –ni lo tendrá- en razón de la propia doctrina del neoliberalismo económico (las ganancias son para el sistema).

 

Otros rasgos son, el abandono de los deberes sociales del Estado para con la población  –auto calificándose éste de ineficiente- a fin de viabilizar de éste modo la privatización  transnacional de los servicios públicos a precios de baratija, y también, el incremento vertiginoso de la pobreza, pobreza extrema, y miseria -convertidas en casi crónicas-, alcanzado cifras nunca habidas en el Perú de décadas anteriores.

 

Asimismo lo son, la renuncia gubernamental a la soberanía nacional en provecho de intereses extranjeros, el intencional debilitamiento de las fuerzas armadas y la policía nacional, el subordinado abandono de las relaciones diplomáticas del Perú en la sub-región como centro geopolítico de ésta y el tutelaje de las mismas por los EE.UU.

 

Otro de los signos más saltantes de esas democracias, es la pérdida de valores morales y éticos desde el más alto nivel, que dan lugar al establecimiento de una corrupción é impunidad gubernamentales desfachatadas, las cuales convierten a encargados del poder en cleptómanos y al país en un gran botín.

 

También lo son, la entrega contra la voluntad del soberano, de recursos y riqueza de la nación a intereses foráneos y a los de un pequeño sector empresarial nacional, a costa del empobrecimiento y/ó desaparición de la pequeña, mediana y gran empresa nacional; así mismo también, la pauperización de los trabajadores rurales y artesanales de los pueblos del ande y de la amazonía peruana, en desigual competencia con las empresas transnacionales.

 

En el campo político-social también lo son, la conformación de una nueva "clase política" –con financiamiento del USAID- vulnerable a ser manejada para actuar contra su país, y además, la arbitrariedad gubernamental para con los grupos sociales más desposeídos en provecho de los cada vez más poderosos sectores empresariales.

 

En el campo jurídico, se convirtieron en usuales los delitos de lesa humanidad y contra los derechos humanos cometidos desde las más altas instancias del poder –inclusive aplaudidos por algunos medios de prensa-, dándose también un raro retroceso en la administración de justicia, en la cual se comienza a penar el honor y la entereza con la cárcel  y se resuelve el delito de entes y personajes allegados al poder con la impunidad.

Todo ello en el marco psicosocial festivo, de acompañamiento mediático por un ejército de la desinformación integrado por casi todos los medios de comunicación nacionales en poder de empresarios del neoliberalismo económico –ó al servicio de éste-, ejerciendo la información y opinión en apoyo aunado a ese orden.

 

A esa impostura a la que nos referimos, y cuyo capítulo más reciente es el gobierno de Alan García (2006-2011), también pertenece Keiko Fujimori Higuchi –hija del coautor de la trama- ahora candidata a la presidencia del Perú; congresista aliada al régimen de García hasta el 2006, ex primera dama de la República del Perú (1994-2000) en el gobierno de su progenitor, reemplazando a su madre –Susana Higuchi- echada de la función (1994) por el dictador, tras denunciar ésta ilícitos del gobierno de su esposo con ropa usada destinada a gente menesterosa socorrida por la fundación a su cargo.

 

Ello la haría objeto posteriormente, a la tortura, reclusión e incomunicación forzada, dispuesta por Fujimori y ejecutada por Montesinos.

 

Para la hija de Fujimori –Keiko-, ésta fue la circunstancia de oro para intervenir en política, relevando a su defenestrada madre y optando por apoyar  la tarea de su padre.

También está ligado a la misma, Luis Castañeda Lossio, ex funcionario estatal de los gobiernos de Fujimori, acusado de malversar fondos públicos en todas sus gestiones; primero como presidente del quebrado "Instituto Peruano de Seguridad Social" (1990-1996), luego presidente de la "Caja del Pescador" también quebrada, y finalmente, en la Alcaldía de Lima (2003-2010) a la que llega con apoyo de los mismos facilitadores de la impostura –Embajada de los EE.UU. en el Perú y el neoliberalismo económico-.

 

Flamante candidato presidencial, es actualmente dentro de esa "clase política", el que goza de la complacencia y favoritismo del imperio norteamericano, haciéndose merecedor por ello –en especial deferencia- que éste lo dote con el aparato de guerra psicológica del Departamento de Defensa de los EE.UU. ("The Rendon Group") a fin de manipular informativamente al electorado peruano en su favor.

 

Otro candidato presidencial para continuar el timo es Alejandro Toledo, ex presidente de la impostura (2001-2006), obsecuente en su mandato a los designios del imperio de los EE.UU., cómplice del lesivo "TLC Perú-EE.UU." que despoja a los pueblos originarios de sus tierras, sumiso intercesor de George Bush hijo ante presidentes de Latinoamérica como defensor del proyecto imperial "ALCA" (2005), por ello señalado de servil y de renegado de sus orígenes autóctonos por algunos medios internacionales.

Manipulador publicitario del indigenismo peruano, se auto-proclamó (2001) Inca Pachacutec –o su antítesis- en relación al más eficiente gobernante del Estado Inca; otrora favorito de la potencia, hoy a su suerte por renovación política del imperio (los demócratas), intentando reeditar la bufonada con apoyo del empresariado neoliberal chileno heredero del dictador Pinochet, al cual sirvió solícitamente durante su mandato.

 

Tal es la avidez del gobierno de los EE.UU. por no desasirse del poder político-económico mantenido en el Perú desde 1992, que despreciando el sentir de la población peruana hasta ha decidido tentar esta vez una aproximación más segura al mando presidencial haciendo intervenir en los comicios a un candidato "propio" –no títere-, esta vez de nacionalidad estadounidense -se presume hayan dos más encubiertos-.

 

El es Pedro Pablo Kuczinsky Godard, candidato a presidente, líder neoliberal de "un partido" conformado para él, nacido accidentalmente en el Perú en 1938, naturalizado estadounidense en 1982 a pesar de prohibirlo la constitución peruana de aquél año, indiferente a las exigencias de la población de mostrar su renuncia a la nacionalidad estadounidense -y aparentemente renunciante a la peruana propia-, avalado por la sesgada Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) y firmante en calidad de naturalizado del "Juramento de Fidelidad a los EE.UU". que le impone legalmente abjurar a la soberanía y obediencia al mandato de su país origen (Perú).

 

El caso ha creado un grave precedente –se avizoraba- de inconsistencia en el orden constitucional y legal del Estado peruano en los que el único requisito –sobre nacionalidad- para ser presidente es "ser peruano de nacimiento" sin referirse a las ciudadanías por naturalización, norma que Kuczinsky utilizó válidamente ("lo que no está en la Ley, no es Ley"), aunque taimada y deshonestamente a la vez.

 

Empero, el que no haya decidido renunciar ni por ética a una de sus dos nacionalidades, que públicamente el gobierno de los EE.UU. no lo ponga al tanto de las implicancias legales (en EE.UU.) caso ser electo presidente, y el que sospechosamente la ONPE haya resuelto en favor del estadounidense, todo ello hace inferir que se trata de una estratagema del imperio de los EE.UU. tentando un "caballo de Troya" de dominio en la presidencia del Perú, más que el aislado ardid de un ambicioso sujeto apátrida.

 

Pero si algo puede revelar claramente a que país otorgará lealtad Kuczinsky -caso fuere electo-, es simplemente el trajín de su carrera pública en el Perú.

 

Esta data desde los años 60's -aún no era estadounidense y por tanto peruano-, década en que fue infiltrado por el imperio norteamericano a la política del país suramericano, cual asesor económico del gobierno de Fernando Belaúnde (1963-1968).

 

En esa labor, se develó su compromiso en la entrega irregular de recursos energéticos del Perú a la empresa norteamericana IPC ("International Petroleum Company") –caso de "la página 11"-, felonía  que conduciría a la caída del gobierno de Belaúnde.

 

Por ello el gobierno entrante del presidente Juan Velasco Alvarado (1968-1975), en defensa de la soberanía nacional dispuso su captura y puesta a disposición de la justicia, que evadió fugándose por la frontera selvática del país, para viajar luego a los EE.UU. que lo acogió como exiliado, sindicando al gobierno de Velasco de ser una "dictadura".

 

Fallecido Juan Velasco, el gobierno de 'tránsito a la democracia' que lo sucede (Francisco Morales Bermúdez, 1975-1980), sobresee los cargos contra Kuczinsky por delitos de lesa patria, regresando sin antecedente alguno al Perú en 1980 a fin de hacerse cargo del ministerio (energía y minas) que le había reservado Fernando Belaúnde (1980-1985), en reconocimiento a sus méritos de hacía más de una década.

 

En el período neo-colonial (1992-2011), se hace cargo nuevamente de sus funciones de ministro (economía, y energía y minas) en los mandatos de Alejandro Toledo y Alan García, gobiernos éstos de los mayores latrocinios contra la soberanía del Perú.

 

Del análisis de todo lo anterior es poco a lo que debe aspirar el Perú electoral de hoy, en el que además, la participación ideológico-política permanente se ausentó desde hace ya mucho tiempo atrás y que es aquél en el que los partidos políticos –hasta con ley propia- por conveniencia han sido encaminados hacia grupos de interés electoral coyuntural –y prebendas-, que se conforman antes de los comicios con sorprendente rapidez -le llaman "partidos"- y que acabado el evento desaparecen como por acto de ilusionismo.

 

En éste status quo la disidencia con el sistema neoliberal y con sus democracias de cartón, puede acarrear a cualquier ciudadano la súbita acusación mediática y/ó judicial de "izquierdista radical" –agitador violento-, de "asociado con las FARC y SL", ó la imputación de moda -de la prensa- de "ser colaborador con el terrorismo de Hugo Chávez y el de Evo Morales", temas de ficción éstos, procedentes de los laboratorios de operaciones psicológicas del fascismo imperial –una sóla idea, un sólo partido, un sólo sistema- para el maniqueísmo y control social de las poblaciones.

 

Y el único ideario político sobre el que se propone debatir ante la ciudadanía, es el relativo al ensueño del crecimiento macro-económico del país –interés particular de las élites de poder económico-, pero que el paso de los años de éstas falsas 'democracias' han hecho advertir a la población del Perú que se trata de la prorrogación de un mito que no guarda relación alguna con el beneficio de la nación ni con su propio bienestar social, dado que no redunda en la satisfacción de sus necesidades económicas básicas    –una verdad con apariencia de contradicción lógica ó paradoja-.

 

Empero, los aspectos referentes al crecimiento social –desarrollo humano-, a un necesario cambio del sistema económico imperante, al cobro de impuestos a las sobre-ganancias de las empresas transnacionales, al pago de impuestos a la renta por la extracción de recursos naturales, a la revisión de concesiones de explotación, y otros más, son esquivados calculadamente por casi todas las agrupaciones electorales.

 

En éstas aciagas circunstancias de pérdida de fe de la nación peruana en el sistema democrático –por suplantación de otro sistema con su nombre-, el adalid criollo del neoliberalismo norteamericano -Alan García Pérez- ha reiterado su llamamiento a la nación para refrendar una nueva edición de lo que él y la actual "clase política" en boga llaman acto de fortalecimiento 'de la democracia'.

 

Quienes se percatan del engaño, lo entienden como la astuta invitación a un nuevo maquillaje del bucanero sistema, para nuevos cinco años de destino nacional perdido.

Al llamado de García ya se han hecho presentes alborozados, los medios de comunicación nacionales que asumiendo roles de protagonistas principales y/ó de partidos políticos, han pasado a encabezar la comparsa lanzando cifras de amañadas encuestas y orientaciones sobre cuáles son los personajes que deberían gobernar el país -y cuáles no-, en vez de informar y educar con la historia política del Perú.

 

Es decir y por lo visto, aparentemente hasta el momento, la engañifa sigue igual.

Pero, tal como viene sucediendo en algunas naciones del mundo, también… todo pudiere cambiar.

 

El cambio se suele producir, cuando llega el inevitable choque entre la dinámica natural de los pueblos con aquello que artificialmente se intenta imponer a éstos.

 

Y éste siempre ha sido el fin de los imperios y de sus cortes.

 

Coincidentemente, el Perú también viene pidiendo, no más falsa 'democracia', devolución de la soberanía sustraída.

 

Megacorporaciones angurrientas por Mar de Grau

Megacorporaciones angurrientas por Mar de Grau
por Nino Contavalli Núñez del Arco; ninocontavalli@yahoo.com
http://www.voltairenet.org/article168907.html

16-3-2011

Cualquier persona que investigue más o menos profundamente sobre la historia política y económica reciente del país, podrá confirmar que desde la última dictadura militar (Morales Bermúdez) y pasando por todos los presidentes democráticos (Belaúnde Terry, García Pérez, Paniagua y Toledo) o pseudo democráticos (como Fujimori) que se sucedieron, la clase política y dirigencial nacional viene administrando el país, predominantemente, en función de los intereses de los bancos y las corporaciones transnacionales norteamericanas y europeas.

Al mundo no lo gobiernan países, partidos políticos y mucho menos los pueblos.

Los "representantes del pueblo" son en verdad embajadores de una élite globalista de poder que determina el tipo de políticas económicas al que deben ajustarse tanto los países llamados "libres" y "democráticos", como las dictaduras tercermundistas.

Estas políticas, que incluyen una abultada agenda de guerras, invasiones, fraudes, especulaciones financieras, extorsiones y manipulación mediática, son beneficiosas para mantener un sistema de "libre mercado" en donde las megacorporaciones controladas por estas élites, se transforman en pulpos monopólicos que concentran cada vez más el poder económico, asegurándole a sus dirigentes el absoluto control y dominio sobre gran parte del planeta (entiéndase, sobre sus vastos recursos, humanos y naturales).

¿Quiénes nos someten? ¿Quiénes son los que mueven los hilos del poder económico-financiero internacional? ¿A través de qué organismos se infiltran en los países? y ¿A quiénes utilizan como títeres en los diferentes Estados para que estos, incluido el Perú, que con todo su potencial, su producción minera, sus materias primas autóctonas y su destacada cultura no pueda salir adelante y ser un Estado-Nación como corresponde, ya que tenemos todo para serlo?

El auténtico poder mundial está concentrado y compuesto por un grupúsculo de familias que creó diferentes carteles. Estas familias pertenecen a la más antigua oligarquía internacional, tienen nombre y apellido, su poder lo han perpetuado a lo largo de los siglos. Son los líderes de la banca privada internacional los verdaderos amos del mundo, junto con las corporaciones y los gobiernos a los que apoyan. Son ellos quienes financian las guerras y las invasiones, son ellos los que las preparan y las llevan a cabo, y son ellos los más grandes beneficiarios de la explotación global.

Transnacionalización portuaria del Perú

En el Perú las más grandes navieras que operan en esta latitud son en el papel chilenas, no obstante ello, existen evidencias sobre alianzas estratégicas de dichos operadores con los grandes consorcios navieros a nivel internacional y cómo se repiten a nivel local las conductas monopólicas que reflejan la tendencia mundial a la concentración oligopólica de las empresas en el sector portuario.

Desde inicio de los 90 las inversiones chilenas en los puertos peruanos y negocios relacionados, como el naviero y el marítimo, han ido en aumento. En una primera etapa, las empresas chilenas adquirieron una serie de navieras nacionales, consiguiendo una importante participación en el mercado de manejo de carga. Así, la Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV), del Grupo Claro de Chile, es accionista principal del Consorcio Naviero Peruano (CNP), y se han establecido importantes navieras chilenas como la Compañía Chilena de Navegación Interoceánica S.A (CCNI) –filial de Empresas Navieras S.A.de Chile-.

Luego, los capitales chilenos adquirieron una serie de agencias marítimas: Aminsa fue adquirida por SAAM; Marcargo por AGUNSA, Taylor Chile se encuentra establecida como Taylor Perú y Broom Chile como Broom Perú, ambas en el negocio Naviero y Marítimo.

Asimismo, la empresa SAAM en sociedad con el grupo Romero tiene a la empresa Tramarsa, y se cuenta con la Empresa Marítima del Sur que es propiedad de Empreñar Chile En relación al negocio portuario, las empresas chilenas tienen participación en empresas de estiba y desestiba, maquinaria de puerto y remolcaje. Por ejemplo, IMUPESA fue adquirida por AGUNSA que se estableció como terminal de almacenamiento. Tramarsa de SAAM Chile, se ha establecido como empresa de Remolcaje, Estibas y Operador Portuario. Asimismo las empresas Compañía portuaria Talcahuano del Perú (propiedad de CPT Chile) y Transoceánica se han establecido como empresas de Remolcaje.

En la actualidad los grupos chilenos Claros, Von Apeen y en menor grado el grupo Urenda mantienen una participación mayoritaria en la actividad portuaria nacional. Estos importantes grupos chilenos, a través de sus filiales, operan dentro del sector portuario en Perú: 1) el grupo Claro controla la Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV), 2) el grupo Urenda dirige la compañía Empresas Navieras S.A. y 3) el grupo Von Apeen participa en inversiones Cosmos, Petrolera Transoceánica, entre otras empresas del sector.

Así, las empresas filiales de estos grupos dominan la prestación de servicios en nuestro litoral (embarque y desembarque de buques, y movimiento de grúas), y la empresa Petrolera Transoceánica controla la actividad de cabotaje (transporte de combustible).

Grupo Claro

La CSAV es una compañía chilena de transporte marítimo, actualmente una de las más grandes de Latinoamérica, que ofrece los servicios de transportes de carga. Esta compañía tiene como subsidiaria a Sudamericana Agencias Aéreas y Marítimas S.A (SAAM), que desde 1992 estableció la subsidiaria peruana "Trabajos Marítimos S.A." (TRAMARSA), que opera como Agencia Naviera y de Estiba en los puertos de Callao, llo, Matarani, Pisco, Chimbote, Salaverry, Chicama y Paita.

En general, la empresa CSVA cuenta con cinco filiales operando en Perú (TRAMARSA, CNP, Construcciones Modulares, Inversiones Misti, e Inversiones CNP) en los distintos rubros del sector portuario. Como vemos en el siguiente cuadro, estas filiales tendrían un capital total de S/.16.3 millones (cerca de USD 5 millones).

El Grupo Claro es socio del Grupo Romero y tiene capacidad de decisión en el directorio de TISUR SA, empresa que obtuvo la concesión del puerto de Matarani. Además, como socio mayoritario de Trabajos Marítimos (TRAMARSA), tiene presencia en la mayoría de los puertos peruanos.

Grupo Urenda

Empresas Navieras S.A. es una sociedad de inversiones, que controla las siguientes filiales: Compañía Chilena de Navegación Interoceánica S.A. (CCNI), Agencias Universales S.A. (AGUNSA) y Portuaria Cabo Froward S.A. (FROWARD), a través de las cuales participa en más de 80 empresas.

Con estas inversiones, Empresas Navieras está en el negocio del transporte marítimo a nivel global, agente de naves, servicios a las cargas, representaciones de operadores de transporte, tanto marítimo como aéreo, inversiones en infraestructura portuaria y aérea, equipos terrestres y a flote, transporte terrestre, almacenaje y distribución de productos y, en general, en todo lo relacionado con el transporte y servicios a las cargas, tanto de importación como de exportación.

De sus tres filiales, AGUNSA es la única que opera en Perú a través de Agencias Universales Perú (que controla Modal Trade Perú y inmobiliaria Agemarpe SA) e Inversiones Marítimas Universales SA - IMUPESA (Inversiones Marítimas universales deposito SA, Transuniversal Estibas SA, y Segetrans Perú SA). En general AGUNSA atiende la movilización de cargas en los puertos del Pacífico sudamericano, así como el transporte terrestre y la estadía transitoria de estas cargas en los terminales.

IMUPESA inició actividades en el Perú en 1995, desarrollando actividades relacionadas con la prestación de servicios logísticos a importadores, exportadores y operadores de comercio internacional a través de la instalación de uno de los complejos aduaneros más modernos del continente, destinado al manejo integrado de cargas transportadas por vía aérea, marítima y terrestre.

Grupo Von Appen

El grupo chileno Von Appen tiene 100% de las acciones de la empresa Cosmos y de Transtotal (desarrolla servicios portuarios y agencia marítima, y es brocker de carga). Asimismo, posee el 50% de la firma local Petrolera Transoceánica, que se dedica al transporte marítimo de hidrocarburos, y el 47% de los terminales portuarios Oceánica y Neptunia. Estas empresas son formalmente peruanas, prestan una serie de servicios portuarios incluyendo el almacenamiento y operan en la mayoría de puertos nacionales.
En general, estos grupos chilenos mantienen una participación importante dentro del mercado de servicios portuarios, principalmente en los puertos más importantes, como son el del Callao y Matarani. Los capitales chilenos se encuentran en todos los rubros del negocio portuario en el Perú.

Ingresos de las principales empresas chilenas

Como vemos en el siguiente cuadro, las empresas chilenas han obtenido durante 2002 cerca de USD 136 millones de ingresos por explotar los servicios portuarios. De estas, las principales inversiones pertenecen al Grupo Von Apeen, que habría obtenido USD 75 millones principalmente por sus filiales: petrolera transoceánica y Neptunia.

Poder y transporte marítimo internacional de mercancías
A lo largo de los últimos treinta años, las empresas transnacionales han adquirido un poder sin precedentes. Sus actividades constituyen un fenómeno de la sociedad contemporánea de enorme trascendencia y plantean problemas económicos, financieros, jurídicos, sociales y de derechos humanos específicos a los que tienen que enfrentarse organizaciones populares y movimientos sociales de todo el mundo. Las transnacionales son entidades jurídicas de derecho privado con una implantación territorial múltiple pero con un centro único para las decisiones estratégicas. Pueden funcionar con una sociedad madre y filiales, constituir grupos en un mismo sector de actividad, formar conglomerados o coaliciones con actividades diversas, unificar mediante fusiones o absorciones o constituir conjuntos financieros. Estos últimos poseen solamente un capital financiero en acciones con el cual controlan empresas o grupos de empresas. En todos los casos, las decisiones más importantes están centralizadas. El proceso de globalización y transnacionalización de mercados está absorbiendo cada vez más el sector del transporte internacional de mercancía, grandes consorcios internacionales controlan de una forma masiva prácticamente todo el sector sin dar oportunidad al surgimiento de nuevas empresas por la fuerte competencia que representan. Son estas transnacionales las que ponen "las reglas del juego", las que establecen mercados, precios, cuotas, vías y las que se llevan las mayores ganancias.

El sector del transporte internacional marítimo de carga no es la excepción a esta situación - más aun considerando que más del 90% del comercio mundial se transporta por mar -, por ser un oligopolio, cuyas empresas líderes operan estrategias globales de competencia, basadas en el uso intensivo de recursos de la frontera tecnológica, siendo al mismo tiempo, fuertemente protegidas en sus respectivos mercados domésticos.

De este modo, en los Estados Unidos como en diversos países, el sector del transporte marítimo funciona como un cártel legalmente establecido, exento de la legislación anti-trust, bajo el mando de la Federal Maritime Commission (FMC), cuyas atribuciones incluyen la fijación de precios a través de las llamadas "conferencias de fletes", distribución de fracciones de mercados y fiscalización de la conducta de los miembros del cártel en el país y en el exterior. En el sector de cabotaje, que genera empleo para cerca de 124 mil personas, está vedada cualquier especie de competencia externa: el transporte de carga entre dos puertos americanos, aun cuando incluya escalas en puertos extranjeros, sólo puede hacerse mediante navíos construidos en los Estados Unidos, cuyos propietarios y operadores sean empresas con por lo menos el 75% de capitales nacionales, y cuya tripulación esté integrada exclusivamente por ciudadanos norteamericanos. Con excepción del origen del navío, estas reglas también se aplican a la flota con bandera americana usada en el transporte internacional. Como esta norma implica costos elevados para los armadores, la mayor parte del comercio internacional de los Estados Unidos es transportada por navíos con bandera extranjera, aunque los propietarios sean empresas americanas. Aunque el proteccionismo en el sector de transporte resulte en gran medida de la tradición y de intereses establecidos, la imposición de obstáculos institucionales a la entrada de nuevos competidores afianza cada vez más la apropiación de este sector por parte de las transnacionales.

La fuerte actividad desarrollada en el transporte marítimo ha conllevado y facilitado un amplio proceso de concentración de las compañías navieras. Estas no solamente amplían su mercado y posiciones en él, sino que cada vez es mayor tanto el número de buques y de la capacidad de cargas que controla, dando lugar a un proceso de centralización acusado y a un mayor control por parte de un grupo cada vez más reducido de compañías.

Los primeros diez operadores marítimos mundiales controlan cerca de 4 millones de TEUS, equivalente a 52,1 % del total mundial que sumados a los 27,4 % que controlan los quince operadores siguientes dan como resultado un control del 79,5 % de los TEUS movidos a nivel mundial por parte de los 25 principales operadores marítimos. También se hace cada vez mayor la concentración por parte de estos operadores marítimos, cada año los primeros operadores obtienen mayor número de barcos con mayor capacidad marítima.

Otra característica es la movilidad que no solo se refiere a las decisiones empresariales que permiten ganar cuota de mercado y aumentar su capacidad de carga, sino al amplio proceso de fusiones y adquisiciones experimentado en el último decenio lo cual lleva consigo la unión de varios consorcios para fortalecerse aun más, tener mayor cuota de mercado y ganancias, reforzando sus niveles de concentración y centralización de actividades.

Estas grandes empresas navieras además de mover sus propias unidades también fletan y controlan otras embarcaciones que forman parte de su amplia red de disponibilidad de carga para asegurar las frecuencias y la fiabilidad de sus rutas y servicios. Ello suponen que incrementan su grado de control del mercado y por tanto aseguran una amplia oferta que asocian a las empresas ubicadas en las proximidades del hub marítimo.

Este amplio proceso de juego de las fuerzas del mercado, aprovechando las economías de escala, la dinámica de los fletes y las relaciones en torno a la sobrecapacidad de flota, alimentan las alianzas marítimas entre compañías. No es menos cierto, por lo tanto la conformación de varias alianzas con el objetivo de reducir costos y aprovechar las sinergias entre las propias compañías a la hora de planear las frecuencias y los sentidos de las rutas. Forman grandes consorcios de transporte marítimo y con una orientación multimodal ofertando servicios de transporte puerta a puerta.


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La torpe ceguera de las élites

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
21-11-2006

La torpe ceguera de las élites
http://www.voltairenet.org/article144098.html

Elite significa minoría selecta. ¿Garantiza aquella definición superioridad o ética de sus componentes? ¡De ninguna manera! Los gángsteres son grupúsculos que organizadamente imponen sus puntos de vista y gobiernan el actuar de sus pandillas en lo social, intelectual, político, periodístico, financiero, económico, literario o artístico. ¿No es acaso el Perú entero el cuadro dramático de cómo pujan entre sí, para robarse al país, múltiples gavillas en todos los ámbitos de la vida nacional? La aberración llega cuando esas mesnadas, al modo de los reyes ociosos, pierden todo contacto con la realidad y en lugar de motores trocan en estorbos o vallas infranqueables.

Dos señales significativas. Desde hace 48 horas voceros partidarios ensayan toda clase de explicaciones paliativas a sus sonoros fracasos en las urnas. Ahora resulta que no perdieron sino que "demostraron" su presencia nacional. El pueblo no les negó el voto y el apoyo vía sus candidatos, sino que los gratificó. ¿Por causa de qué es tan difícil reconocer que la vejez y el óxido empezaron su ineluctable tarea? ¿O es tragedia admitir que no estuvieron –ni están- al compás de la cambiante sociedad peruana y que ya son entelequias nocivas y estancadoras de cualquier dinámica social?

La torpe ceguera de las élites también ha capturado los miedos de comunicación (Galeano dixit). No importa la verdad, interesa sí, que se dé por cierto cuanto dicen o propagan pistoleros y pistoleras totalitarios en la televisión, radio y medios escritos. El acriticismo con algunos temas es visiblemente escandaloso y embrutecedor. Se da la noticia que el jefe del imperio del norte, George Bush, impulsa la prolongación del ATPDEA y aquí se sigue insistiendo en misiones vasallas y turísticas para rogar a Gringolandia por un TLC que se presenta casi como imposible por las nuevas mayorías en las cámaras legislativas. Pero, he allí, que hay empresarios a quienes interesa dar demostración de "sus mejores esfuerzos" vía la propaganda que pagan en los miedos. Entonces, cumplen con su tarea. Que eso no beneficie sino a minorías depredadoras, es un tema que la prensa no analiza ni desmenuza, solo enuncia muy de relansina para no agitar demasiado el ambiente.

Escribe Alfonso López, en su magnífico libro Estrategia de Desarrollo Alternativo para la Economía peruana: "Cuando los pueblos y sus gobernantes están premunidos de una ética superior, se pueden superar las crisis, incluso las derrotas más dolorosas. Salir, en cambio, de una crisis moral es mucho más difícil, por la sencilla razón de que los modelos y programas económicos se pueden cambiar en un tiempo relativamente corto. Los hábitos, los patrones espirituales y los modelos mentales, requieren de mucho más tiempo para modificar las inercias del pasado y reconstruir la confianza y la credibilidad. En este marco, son los líderes y los gobernantes quienes tienen mayor responsabilidad por aquello de que lo que le está permitido al soberano, le está permitido al súbdito: cada usurpación, cada traición, cada robo, cada mentira de los gobernantes en el terreno público, pareciera autorizar al individuo a una trasgresión similar en su propio campo. Perfidias políticas parecen engendrar perfidias sociales. El juicio de Maquiavelo es al respecto lapidario. "Las élites –dirá- no son neutrales o inocuas desde el punto de vista de la fundamentación de un gobierno. Si ellas están regeneradas y son regeneradoras se puede lograr la unidad. Si las élites están corrompidas, la salvación de un país es prácticamente imposible". Ob. cit, p. 291.

El pueblo es más sabio que todos los sabios y acaba de licenciar y –mejor dicho- cancelar a la casta política en sus variopintas vertientes, de izquierda a derecha, de derecha a izquierda, casi sin excepciones, la fulminación popular ha sido terminante. ¿Verán esto las élites o será la ceguera el signo constante de su extinción sin pena ni gloria y el estancamiento doloroso e inmanejable del Perú? ¿A quiénes va lanzado el reto? ¿Y quiénes tienen que dar la respuesta?

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

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